Nos solidarizamos, como movimiento, con nuestros hermanos y hermanas de Nicaragua que se encuentran en resistencia frente a las amenazas extractivas. Exigimos que pare la violencia y el racismo. Los pueblos indígenas tenemos derecho a vivir en paz.
26 de agosto de 2021. 13 indígenas, cuatro misquitos y nueve mayangnas, fueron asesinados entre las 7 y 9 de la noche del lunes 23 de agosto, en el cerro Kiwakumbaih, en la Reserva de Bosawas, al norte de Nicaragua. El incidente se conoció después de que Amaru Ruiz, director de la Fundación Río, publicara la noticia en su cuenta de Twitter. Entre las víctimas estaban una joven y un niño de 8 años.
Las víctimas se encontraban en una mina artesanal de oro. Una de las sobrevivientes de la masacre relata que la amarraron y asesinaron a su esposo y a sus dos yernos. Los colonos la abandonaron y le recordaron que “ningún mayanga debe venir aquí porque serán asesinados”. La madre de la fallecida fue abusada sexualmente.
Los comunitarios alertaron a las autoridades, a la policía y al ejército, pero no han confirmado el ataque aún, anunciaron que no pueden entrar en ese territorio. Los culpables del ataque armado son colonos, agricultores mestizos, quienes habrían tomado antes la comunidad Kiwakumbaih, pero que luego fueron desplazados.
“Los comunitarios se movieron a retirar los cuerpos. Es preocupante lo que nos está pasando, las autoridades no están dando la cara, ni la policía ni el ejército nos han dado una respuesta. Estamos solos los comunitarios en esta lucha”, reveló un poblador indígena en una entrevista radial.
Debido a la respuesta negativa de las autoridades, un grupo de comunitarios se movilizó al lugar de los hechos, para ocuparse de los cuerpos de sus hermanos asesinados. Hasta el día de hoy no se conoce el paradero del grupo, lo que preocupa aún más a la comunidad.
En una declaración, el Centro de Asistencia Legal de Pueblos Indígenas declaró que en el ataque se utilizaron armas de fuego, machetes, que los torturaron y dejaron los cuerpos colgados en un árbol.
No es un conflicto reciente, en enero de 2020 hombres armados asesinaron a 4 pobladores, en la zona de Musawás. Rechazamos los ataques a los pueblos originarios y reclamamos el derecho de las comunidades indígenas a vivir en paz. Nos oponemos a la minería ilegal en la Reserva de Biósfera Bosawas.
Nos solidarizamos con las comunidades de Nicaragua, misquitos y mayangnas e instamos a las autoridades a protegerlos. Estos eventos no deberían ocurrir porque existe un marco legal que protege la propiedad comunal indígena y que marca la salida de los colonos del territorio.
Esto atenta contra de los derechos de los pueblos indígenas, el derecho a la libre determinación, a la libertad. Estos hechos de racismo están sucediendo en todo el continente y los rechazamos como movimiento.
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